A mí no me tocó, pero cuentan que…
Esa es la frase con la que podemos identificar que nos van a hablar
sobre los mitos.
El significado estricto de
la palabra mito aduce a las narraciones y creencias de un pueblo sobre el
origen del mundo y de los dioses. Sin embargo en el sentido de la cultura
popular como la antioqueña, los mitos
hacen referencia a todo aquello que es transmitido oralmente de padres a hijos para explicar fenómenos
sobrenaturales.
Una
persona escéptica sobre aquellas creencias populares o lo tradición oral de los
pueblos, lo mitos no son más que comentarios que han traspasado de generación
en generación sin ninguna fuente de
comprobación de su veracidad.
No se puede decir que los
mitos son originarios de un lugar específico sino que los mismos mitos tienen orígenes,
historias y tradiciones completamente distintos en cada pueblo o subregión. Se
dice también que incluso Medellín, la ciudad, la capital de departamento,
también tiene sus propios mitos y
leyendas, pero eso haría parte de otra investigación.
Los cuatro grandes mitos de
Sopetrán
Cada municipio de los 125 que tiene el departamento
puede tener su propia mitología popular. Lo mismo podríamos decir de los 1.123
municipios del país. Sin embargo solo nos ocuparemos del Occidente Medio antioqueño
y de allí, el municipio de Sopetrán, un pueblo que en 2016 cumplirá 400 años de
fundación. Hace cuatro siglos eran un
playa sembrada a sus de arroz y
caña Y que hasta buena parte de su historia fue un pueblo muy importante
del Antioquia, ya que era paso obligado para llegar a Santa fe, todo el occidente y Urabá. Esa bonanza
comercial y cultural terminó con la construcción de una variante que llega
directamente a Santafé de Antioquia
Todos los mitos, espantos o fantasmas
indagando desde sus orígenes puede decirse que tienen una explicación lógica que los desvirtúan y los excluyen de los
fenómenos naturales. Se pueden mencionar cerca de 30 manifestaciones de la
tradición oral antioqueña entre las que están: mitos, leyendas, fábulas, cuentos,
versos, trovas, refranes, dichos, exageraciones, rezos mágicos, brebajes,
secretos, pactos con el demonio, etc.
Los
siguientes son los cuatro mitos más importantes de Sopetrán:
1.
La Llorona
Según el cuento que han
narrado durante aproximadamente tres siglos, en la vereda de Morrón, llamada
así por ser un morro grande entres dos quebradas que luego forman la quebrada
La Sopetrana, había una señora muy rezandera y
defensora de los principios católicos. En algún momento una de sus nietas
resultó embarazada. Era un escándalo que su nieta tuviera un hijo fuera del
matrimonio y era preferible matar al bebé y tirar su cuerpo a los cerdos y la
cabeza a la quebrada. Lo que dicen es que la abuela cargando a su nieta y siendo fueteadas por el
padre del bebé, bajaban por toda La Sopetrana hasta llegar al río Cauca
lanzando fuertes alaridos.
La explicación lógica
para el incrédulo es que los gritos de la llorona son los sonidos emitidos de
los osos perezosos.
2. El caballo tres patas
Un mito de los años 50. Un caballo de aproximadamente
8 metros de altura similar a los uros del principio de los tiempos. Despide
candela por la nariz, boca, ojos y camina sobre una llamarada. Es un caballo de
una sola pata delantera. Las señoras de la calle 10 o calle Luciano Carvalho,
eran las más preocupadas por tal
fenómeno que consistía en que el que viera el caballo se enfriaba y moría,
untaban engrudo en papel periódico y tapaban las hendijas de las puertas para
evitar la curiosidad de mirar y por consiguiente morir.
En
1957, La voz de Antioquia publicó que El Cerro de Frontino, muy cercano al
pueblo, iba a explotar. Las personas tenían que vivir entre dos temores: Si
permanecían dentro de sus casas podían morir
causa de la erupción y si estaban
a la intemperie podían perecer causa de ver el Caballo Tres Patas.
Una
de esas noches de zozobra, desvelados e las puertas de sus casas, los
habitantes de la calle 10 empezaron a escuchar de lejos el caballo. Se
escuchaban el sonido de solo tres cascos; tis tis tas, tis tis tas, tis tis tas…
Todo
el mundo se tapó los ojos pero dejaba un pequeño espacio entre sus ojos porque
el ser humano no puede contener su curiosidad. De pronto, va pasando Palomo, el
caballo de Gustavo Gaviria Blaire quien era un hombre extremadamente tacaño que
soltaba su equino algunas noches. Sonaba solo tres cascos porque dicen que Don
Gustavo era tan amarrado que solo le herraba tres patas a Palomo.
3. La mano peluda
Un
mito que perduro varias décadas. Las
madres de mediados del siglo XX aun amedrentaban a sus pequeños para que se
portaran bien diciéndoles que si se quedaban hasta tarde les aparecía la mano
peluda y se los llevaba.
Este mito nació En 1928. No había luz en
Sopetrán (aunque a ciertas veredas la luz apenas llegó a comienzos de los 90). Por esos tiempos salía La Mano Peluda en la calle Bombona cerca a la
casa de los Vega donde ahora queda de funeraria del pueblo.
Una viejita que vivía
en un ranchito de iraca más allá de la casa de Juan Vega, tenía un hijo que se
llamaba Octavio Guingue. Él era sastre y sostenía a su madre y su hermana.
Empezó a dedicarse a la bebida y a no llevar el sustento a su casa. La mujer le
contó a Gerardo Sevillano sobre sus pesares. Gerardo le dijo que le solucionaría
el problema en luna llena.
La explicación de que
fuera en luna llena la calle Bomboná queda la mitad iluminada y mitad oscura.
Una noche de juerga, Octavio llegaba alrededor de las 3 de la mañana. Gerardo
lo esperó en la esquina, se puso en la mano derecha un cuero de conejo negro lo
tocó y al instante Octavio cayó desmayado en el piso. Gerardo lo llevó cargado,
lo dejó en el patio de la casa. Al día siguiente nació y fue contada por muchos años la historia de la mano peluda.
4. La
barbacoa
Otro de los mitos que
existe en todas partes pero con diversas variaciones. El cuento surgió en la
vereda La Ceja Montegrande. Eran unas calaveras que bajaban por el camino de
las bestias cargando un cadáver. Privaban o mataban a todo aquel que se
encontraban.
Dicen, que dijeron, que
estaban diciendo, que me contaron que por la época de 1900 hubo una banda de ladrones abigeos, es decir
de ganado, Ellos decidieron no robarse las vacas arriadas sino matarlas y amararlas
en una tulega, o sea un palo largo y llevado entre varios llevaban las carnes y
los cueros de las vacas hurtadas. Cuando llegaban a un lugar poblado, encendían
velas y hacían ruidos para que las personas creyeran que eran espantos, se
escondieran y así no los pudieran identificar.
Los duendes ¿mito o realidad?
En 2011. Silvia, una mujer
de la ciudad de Santafé en Argentina capturó unas imágenes con su celular en las que su pequeño hijo de tan solo dos años
jugaba con un hombrecillo que pasaba corriendo dejando a su paso un olor nauseabundo
y produciendo descargas en los aparatos eléctricos. El duendecillo
tenía máximo 20 centímetros de altura y su apariencia era similar a la
que el mundo entero conoce de estos seres. Por varios años, la familia calló
este fenómeno y asegura que durante
aquel tiempo siempre presenciaron que su pequeño jugaba y hablaba con seres que
no se percibían. Un hecho que consideraban normal para su edad. En 2014 Silvia
decidió publicar en Youtube aquel vídeo y hasta el momento ha sido tan popular
que ha obtenido más de 13 millones de reproducciones. Publicaciones parecidas sobre
lo que muchos consideran como duendes son innumerables publicaciones en dicha
red social y no hay forma de comprobar la veracidad de las imágenes.
Saliéndonos de la viralidad
y lo espectacular, encontramos que la realidad de los duendes es exactamente
igual al de la brujas. Es decir, los duendes no son seres pequeñitos que juguetean
por todas partes. Son hombres que así como las brujas hacen pactos con el
demonio.
Para tratar de entender las verdades y mentiras sobre los duendes en
Sopetrán, sería necesario hablar con las personas más adultas y quienes
sobrepasan los 90 años carecen de lucidez.
Dicen desde tiempos antiguos
que Sopetrán, Olaya y Sucre
corregimiento de Olaya, tradicionalmente son tierras de duendes y de brujas. Se puede develar que indagando en lo que la gente comenta que
oyeron de sus ancestros. A estos lugares llegaron
desde hace muchísimas años libros del estilo del espiritista europeo llamado Albert Boscare.
Todo el mundo en Sopetrán sabe o a oído que esos libros existieron o existen todavía
por lo que ya no estamos hablando de mitología sino de brujería o hechicería.
Las brujas y los duendes tienen poderes
sobrenaturales gracias a ese pacto que hacen con el diablo luego de hacer diferentes
oraciones que encuentran en libros de magia negra y magia roja. Existe un
versión con algunas variaciones en cuanto a la manera como se inicia un duende o cómo
alcanza ese pacto con Satanás.